Si Schama se está escorando hacia el mundo mediático apoyado en una prosa innegablemente atractiva y en en la popularidad que da el salir de forma habitual en la televisión, Peter Burke sería todo lo contrario, lo que no es un obstáculo para su popularidad en amplios sectores del mundo académico. Por otra parte, su prosa es también muy distinta, más sobria y a veces de un rigor que raya en lo cartesiano, así que el leer a Burke suele ser un trabajo pausado, consultando continuamente la ingente bibliografía que maneja y reflexionando sobre las ideas inagotables que nos regala. Schama, en cambio, se devora, seducidos por una escritura llena de imágenes y que te atrapa y te sumerge en el mundo que describe. La seducción de Burke es la de la inteligencia en estado puro, la del rigor académico, la de la humildad ante la labor de los que nos han precedido y la de la imaginación para abrir nuevas vías al conocimiento.
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