Si tuviera que elegir dos palabras para definir la obra del historiador británico Michael Burleigh, éstas serían irritante y fascinante. No importa el orden.
Empecé leyendo a Burleigh por la que creo que es su primera obra traducida al español, El Tercer Reich. Una nueva historia (2000) y continué con Poder terrenal (2005) y Causas sagradas (2006), una crónica de la ósmosis —en los dos sentidos— de la religión y la política en Europa desde la Revolución Francesa. El paso al estudio del terrorismo (Sangre y rabia. Una historia cultural del terrorismo, 2008) era hasta cierto punto lógico, y su última obra ha sido Combate moral. Una Historia de la Segunda Guerra Mundial (2010). Así pues, las pasiones en la Historia son algo que le interesa mucho y precisamente su escritura es apasionada y en absoluto políticamente correcta. Burleigh no tiene pelos en la lengua y sus opiniones a veces pueden irritar, pero eso está bien. Por ello sus retratos no son complacientes, sino desafiantes, mirando de frente al objetivo, sin el ceño fruncido, pero con cierto rictus en los labios, como diciendo "no me importa que me des la razón, no me importa que me hagas caso, no me importa lo que pienses de mí,... pero lo que yo digo es importante".
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