Rees no es un historiador académico al uso y alguno podría señalar maliciosamente que es sólo un magnífico divulgador de todo lo que tiene que ver con la desgracia nazi y la Segunda Guerra Mundial. Pero Rees ha investigado también a su manera, recogiendo testimonios orales de testigos vivos de esa época (¡ay, si pudiéramos viajar en el tiempo...!), ha leído todo lo que se podía leer sobre el tema, se ha preguntado a sí mismo por qué en innumerables ocasiones y luego ha escrito libros (Auschwitz: los nazis y la Solución Final, Los verdugos y las víctimas, El oscuro carisma de Hitler...) y rodado documentales (Nazis: un aviso de la Historia, El oscuro carisma de Hitler) de una claridad absoluta. ¿Qué más se le puede pedir a un historiador?