He leído recientemente un libro en el que pensaba desde hace tiempo y que el paso de los años y el cine han vuelto mítico: El regreso de Martin Guerre (1983) de Natalie Zemon Davis. Me ha gustado, pero en cierto modo el mito se ha derrumbado, ya que los cambios historiográficos que ésta y otras obras propiciaron han convertido en normal una forma de escribir Historia que en un principio fue completamente innovadora. En este sentido, la introducción de Justo Serna y Anaclet Pons viene a poner las cosas en su sitio y a explicar por qué además de ser un interesante estudio sobre la mentalidad y la vida rural del siglo XVI, Martin Guerre es una obra que merece la pena leer y recordar.
Natalie Z. Davis es hoy en día una mujer octogenaria, llena de reconocimientos y con un aire elegante de la Costa Este, de esa culta élite norteamericana que tanta vinculación tenía con el Viejo Mundo.
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Una treintañera Nataliecon el matemático húngaro Alfréd Rényi. El esposo de Natalie es el también matemático Chandler Davis |
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En 2010 mostrando orgullosa el Holberg Prize |
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En 2012 en la Casa Blanca, recibiendo la Medalla Nacional de Humanidades |