viernes, 8 de marzo de 2013

CARLO GINZBURG (1939-)




Recuerdo cuando leí El queso y los gusanos. El cosmos, según un molinero del siglo XVI (Il formaggio e i vermi, 1976). La edición de Muchnik era pequeña y manejable, pero tenía un horrible sistema de notas y los capítulos venían simplemente numerados. Leí diligentemente las notas y escribí con una esmerada caligrafía los títulos de cada capítulo, que aparecían en el índice: quería mejorar todavía más aquella obra extraordinaria. Todavía no había acabado la carrera, pero por entonces uno ya empezaba a decantarse por qué tipo de Historia le gustaría hacer y precisamente aquello era lo que quería hacer. Luego, para bien o para mal, los archivos y la vida te llevan por otros derroteros, leí más obras de Ginzburg (Indagini su Piero, I benandanti...) pero Menocchio siguió siendo una referencia.
Bueno, pues aquí tenemos el rostro de Ginzburg, gesticulando como buen italiano, faltaría más, pero también con esa elegancia informal del Norte.

Fotografiado por Daniele de Marco
Fotografiado por Daniele de Marco